La corrupción es un problema que está tan normalizado que da miedo. La podemos encontrar en cualquier país, y aunque ciertamente está menos presente en países desarrollados, no podemos decir lo mismos de los países subdesarrollados, ya que es precisamente en estos últimos que hemos visto un aumento desmedido de pobreza, hambre, miseria y muerte como consecuencia directa de la corrupción. Uno podría argüir que es una decisión personal ser corrupto y doblegarse ante los beneficios que podrías conseguir con este accionar, que no todas las instituciones y los gobiernos actúan de esa manera y que la mayoría no somos así, pero no hay nada más falso que eso, ya que la sociedad está diseñada para que este tipo de cosas sucedan, el sistema mismo está corrupto y mientras no se tome en serio este problema como sociedad y se busque una solución desde la educación será un lastre que llevaremos por cientos de años.
La educación no solo es un medio para desempeñar una labor a futuro y generar una calidad de vida personal, sino que esta tiene el poder de cambiar vidas y moldear a las personas, les ayuda a estar enfocados en el desarrollo de sus habilidades y puede establecer grandes y profundos cambios en la sociedad, razón por la cual la mayoría de los gobiernos le dan una gran importancia ya que un país que fortalece su educación es un país que tiene grandes posibilidades de desarrollarse en todos los aspectos. Los sistemas de gobierno actuales, sobre todo en países subdesarrollados, no invierten lo necesario en educación porque una población educada, que lee y que es crítica es mucho más difícil de manipular, por lo que no es conveniente para ese sector de la sociedad que maneja los poderes económicos y políticos a su antojo. Mientras no se le dé la importancia que merece la educación desde los gobiernos de turno lo cierto es que no veremos, en un futuro próximo, un cambio significativo. Mientras las políticas públicas permitan que haya más y más desigualdad en la sociedad cada vez habrá más corruptos que se queden con el dinero de esos que solo tienen para comer una vez al día, en el mejor de los casos. La sociedad debe reestructurarse y replantear cuál es el ciudadano que se quiere para la sociedad, y es ahí donde entra la educación.
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Dentro de los contenidos que se imparten en las escuelas se deben hacer cambios profundos que estén encaminados a una formación que propenda por la equidad, la empatía, la corresponsabilidad, el respeto y demás fundamentos claves para construir un ciudadano que comprenda la importancia del desarrollo en sociedad y que no ponga como prioridad el beneficio particular ante el beneficio general. Esto es clave para luchar contra la corrupción y es una herramienta que va a permitir ver un avance claro y palpable a mediano y largo plazo. Ya es hora de dejar de perpetuar estos sistemas que permiten, normalizan y hasta aplauden la corrupción, ya que esto solo trae miseria, pobreza y subdesarrollo para todos.
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