Es un hecho que el mundo está cambiando y cada vez se están usando más fuentes de energías limpias para combatir el cambio climático. En el sector automotriz, uno de los responsables de gran parte de la contaminación y los gases de efecto invernadero que se emiten a diario a la atmosfera, es donde vemos cómo hay una tendencia hacia la electrificación, hacia los autos eléctricos, los cuales no usan gasolina y no emiten gases contaminantes hacia la atmósfera. Estos autos eléctricos son mucho más costosos que un auto a combustión a día de hoy, ya que la construcción de sus enormes baterías representa un cincuenta por ciento del costo total del vehículo, principalmente porque los materiales que se requieren para su elaboración son muy apetecidos no solo para la construcción de baterías sino para otros fines como la fabricación de computadores de mesa o los smartphones. En el caso de los autos eléctricos, aunque no contaminen en su uso, lo cierto es que la extracción de los minerales necesarios para la construcción de las baterías que usan este tipo de vehículos es altamente contaminante no solo en la emisión de metales y partículas muy cancerígenas a la atmosfera, sino que también se contamina el agua con el que se extraen dichos materiales, lo que resulta en una contaminación igual o mucho más alta que la producida en la elaboración y quema de combustibles fósiles. El auto eléctrico no es el futuro ni lo será hasta que seamos capaces de mitigar la contaminación que se da en la explotación de las materias primas con que se elaboran estas enormes baterías que mueven dichos autos.
China, Chile y República del Congo son algunos de los países que extraen materias primas como el litio o el cobalto; que son los elementos fundamentales para construir las baterías que usan los autos eléctricos. En dichas explotaciones lo único que se está haciendo es contaminar las tierras y el agua de dichos países para vender materias primas que se usarán en autos que manejará la gente de Estados Unidos o de Europa, gente que puede costear un autor eléctrico con un precio elevado y en donde claramente, con el pasar del tiempo, sí se verá una disminución de los índices de contaminación, ya que cada vez habrá más autos que sean eléctricos y con mejores precios, pero lamentablemente este no será el caso de los países de donde se extraen las materias primas. Cáncer y problemas respiratorios son las consecuencias que deja la extracción de dichas materias, por lo que, con la construcción de estos autos eléctricos, lo único que se está haciendo es perpetuar esa costumbre de los países desarrollados de explotar y socavar hasta la saciedad los recursos naturales de las naciones más pobres para poder disfrutar de lujos y presumir que son naciones con bajos niveles de contaminación, pero claro, sin decir el precio que deben pagar las personas que están en esos lugares donde se extraen las materias primas. Se necesita investigación y mucho desarrollo para que la extracción de los elementos fundamentales que se usan en la construcción de las baterías de los autos eléctricos sea un proceso limpio, que no impacte tan negativamente en el medio ambiente y en las personas, ya que, de seguir así, por buscar una solución a la contaminación que generan los combustibles fósiles vamos a terminar contaminando el doble, o hasta el triple este planeta.
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