La pandemia obligó a que millones de negocios cerraran en todo el mundo ya que nadie podía salir de sus casas en cuarentena. A día de hoy aún estamos sufriendo esos estragos que causó el hecho de que prácticamente cualquier actividad económica cesó durante mucho tiempo y es que todo está más costoso, no hay empleo, la inflación es cada vez peor y se avecina una posible recesión económica mundial que no hará sino empeorar todo este panorama. Las escuelas, tanto pública como privadas, también se vieron obligadas a cerrar sus puertas y con eso se tuvo que optar por dar clases de forma virtual ya que no había otra manera de poder seguir educando. Las escuelas que no tenían la facilidad para acceder a computadores o tabletas, que seamos sinceros fueron miles, sobre todo en los países del tercer mundo, desarrollaron las clases a través de guías que no eran más que pequeñas cartillas que explicaban un tema y luego tenían ejercicios que los estudiantes debían desarrollar teniendo en cuenta dicho tema, lo cual, aun cuando es una estrategia muy válida, es realmente insuficiente, por lo que no es de extrañarse que los estudiantes tengan grandes falencias a causa de esta práctica, ya que jamás podrá ser remplazada la interacción del maestro con el alumno en el salón, en el contexto educativo, por una simple cartilla o guía. Las falencias de los alumnos son innegables y se hace necesario que los ministerios de educación de los diferentes gobiernos de turno hagan algo para ayudar a superar estas dificultades ya que ellos mismos fueron los que, con su poca inversión en el fortalecimiento del sistema educativo, propiciaron estas dificultades.
Los gobiernos de países subdesarrollados no se preocupan muchos por la educación, aunque sí hacen inversión en ella, podemos decir que de forma general es insuficiente si se compara con la inversión educativa que se hace en países desarrollados, con sistemas educativos muy avanzados y con excelentes resultados. Esto ha hecho que muchos maestros trabajen en condiciones indignas porque los gobiernos no tienen la voluntad de mejorar las aulas en muchos rincones de estos países subdesarrollados, y si a eso añadimos que la pandemia dejó de manifiesto cómo la gran mayoría de estudiantes no tienen internet, ni computador, ni tableta ni ningún artefacto tecnológico que le permita acceder a clases de forma virtual, entonces, podemos concluir, que el problema no son los profesores sino el sistema mismo, los gobiernos que no se preocupan por ofrecer una calidad educativa y que no invierten en equipos tecnológicos para tal fin.
⬇️ENSAYO EXPLICADO AQUÍ⬇️
Se hace necesario que se tomen medidas urgentes en este aspecto anteriormente mencionado, ya que fortaleciendo el sistema educativo se pueden superar rápidamente las falencias que dejaron esos meses de poca o nula educación virtual. El futuro es incierto y ya quedó demostrado que debemos estar preparados para poder impartir educación de calidad usando los medios tecnológicos que disponemos. No podemos esperar buenos resultados si los gobiernos no invierten más en educación. Otra pandemia puede estar a la vuelta de la esquina y educar no debe ser una de las actividades que se dejen de lado por no contar con los medios necesarios.
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