Hoy en día el término "influenciador" es muy común y ciertamente todos en las redes sociales tienen más que ubicados a este tipo de personas que se dedican a hacer videos de diversa índole y que mantienen una gran interacción con los miles o hasta millones de personas que los siguen en las diferentes redes sociales. Es innegable que muchos de estos personajes tienen una influencia y un poder de movilización increíble, que ningún medio tradicional puede igualar. Esto les trae muchos beneficios económicos ya que son muchas las marcas que pagan muchísimo dinero para que estas personas muestren o promocionen productos de diferente índole. Hasta aquí no hay ningún inconveniente ya que cualquier influenciador está en toda libertad de hacer campañas publicitarias, sin embargo, el problema real con esta práctica es que cada vez es más usual que empresas y personas de dudosa reputación contraten a estos influenciadores, les pagan muchísimo dinero por publicidad, y al final el producto o servicio no llega o no cumple con las expectativas de las personas que lo adquieren. Se hace, por tanto, muy urgente que haya más control y sanciones para este tipo de prácticas publicitarias no solo por parte de los gobiernos sino también por parte de las plataformas digitales.
Si un influenciador promociona un curso de OnlyFans, por ejemplo, que te garantiza miles de dólares en ingresos mensuales claramente te está mintiendo descaradamente, ya que ningún curso, por muy bueno que sea, te puede asegurar el éxito en ningún tipo de plataforma digital, ya sea OnlyFans, Instagram, YouTube, Facebook etc., puesto que en estas plataformas hay demasiada competencia y demasiada variedad, y no porque a un puñado de gente le haya funcionado el curso quiere decir que, automáticamente, le va a servir a todos. No hay que dejarse llevar por promesas falsas ni hacerse ilusiones: hay que ser más analíticos. La moderación que hacen las plataformas digitales con este tipo de publicidad es nula así que un influenciador puede decir maravillas de un producto aun cuando no sea así, y es aquí donde hace falta compromiso de las plataformas digitales para proteger a los usuarios de publicidad que puede ser engañosa.
⬇️ENSAYO EXPLICADO AQUÍ⬇️
Otra cuestión a mencionar aquí es que es poco ético promocionar un producto o servicio y hablar maravillas de él sin siquiera haberse tomado el trabajo de investigar si el producto cumple lo que promete, si es una empresa o persona seria la que compra esa publicidad, si el servicio que se va a promocionar es efectivo o si la empresa que lo promociona ya tiene una gran experiencia en el campo en el que se desarrolla. Se nota aquí que lo que le interesa a esos influenciadores es ganar dinero y no hay una genuina preocupación por sus seguidores, porque el dinero que van a pagar sea bien invertido y que no sean engañados con falsas promesas. Ejemplos de lo anteriormente mencionado hay muchos, y lo más preocupante es que la mayoría de esos influenciadores no se hacen cargo de casos en donde los usuarios han sido estafados o engañados. Es aquí donde las autoridades deben establecer límites y reglas que se deban seguir cuando se haga publicidad en estos medios digitales porque, como en la televisión, si eres el medio por el cual se está publicitando un producto o servicio tienes una responsabilidad con los posibles compradores.
⬇️CONTENIDO EN VIDEO AQUÍ⬇️
Es urgente que las entidades con la potestad para regular estos medios digitales formulen reglas claras que protejan a los consumidores, y es aún más urgente que las plataformas digitales tomen cartas en el asunto ya que son ellas el medio por el cual se está realizando la publicidad, ya que ellas también tienen cierta responsabilidad con los usuarios que puedan llegar a adquirir algún producto o servicio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario