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domingo, 18 de junio de 2023

EL DAÑO AMBIENTAL DE LAS CONSTRUCCIONES VIALES (ENSAYO CRÍTICO)

 El avance o desarrollo de un país se puede medir atendiendo a varios aspectos como la calidad de vida que ofrece dicho país, qué tan industrializada está su economía o qué tan preparada o educada está su población. Podemos decir que otro aspecto a tener en cuenta para determinar si un país está desarrollado es qué tanta infraestructura tiene, puesto que esta ayuda enormemente al desarrollo de la economía y el comercio, razón por la cual todos los países procuran, en la medida de lo posible, fortalecer y mantener las carretas que comunican los diferentes departamentos o zonas de un país, además de establecer nuevos tramos tanto de vías primarias, como secundarias y terciarias, para ayudar a que sea fácil transportar mercancías y que el comercio en general sea eficaz. En este afán de construir nuevas vías se está dando una afectación enorme al medio ambiente, y es que es notorio para todos que la deforestación que se hace para poder construir estas nuevas vías es realmente preocupante y se está saliendo de control. Este problema de seguro está afectando, en mayor o menos medida, a muchos países, pero es realmente alarmante en Colombia, en la llamada “Ruta al Mar” que está actualmente en construcción. Se requiere que las autoridades pertinentes mitiguen este daño ambiental y, sobre todo, que aboguen porque haya el menor impacto posible al medio ambiente en las fases de planeación de estos proyectos. 




La “Ruta al Mar” es un proyecto que busca construir una doble calzada de cerca de 491 kilómetros entre los departamentos colombianos de Antioquia, Sucre y Córdoba. La construcción ya está avanzada y aunque ha sido foco de controversias y manifestaciones por su mala planeación, ya que deja a muchas comunidades sin retornos ni vías de comunicación fáciles con poblaciones vecinas, lo cierto es que nadie está hablando de la férrea deforestación que se está llevando a cabo para poder construir las vías, la cual acabó con miles de árboles que eran el hábitat de cientos de especies, y es que con tan solo recorrer estas nuevas vías podemos darnos cuenta del enorme cambio que sufrió el paisaje natural y la ausencia de aves propias de estas zonas aledañas a estas carreteras nuevas, lo cual quiere decir que efectivamente hubo un daño enorme e irreparable en el habitad natural de estos animales, y es que habían árboles que seguramente tenía cientos de años, y aun así fueron cortados. Aunque muchas veces es necesaria esta destrucción en nombre del desarrollo de un país, lo cierto es que el Estado y las organizaciones pertinentes deben garantizar que se conserve la mayor cantidad de vegetación posible, deben estar atentos en cada avance que se haga para que se obligue a los contratistas a respetar la vegetación lo más posible, y no solo eso, ya que el Estado también debe preocuparse porque estos proyectos se planeen bien, priorizando el menor impacto posible al medio ambiente. Un proyecto de 1,13 billones de pesos por lo menos debe restaurar un poco del daño que ha causado, debe estar obligado a reforestar todas estas zonas que fueron taladas, para poder darle equilibrio al medio ambiente, y eso es algo en lo que el Estado ha fallado no solo en este proyecto sino en todos. 




Se requiere una mayor preocupación del Estado por el medio ambiente, y es que ha quedado demostrado que los que se encargan de ejecutar estos grandes proyectos solo quieren hacer su trabajo, no tienen una supervisión real por parte del gobierno que los obligue a priorizar el medio ambiente en cada avance que se haga, y mucha menos preocupación hay porque los proyectos se planeen teniendo estas mismas directrices de preservación en mente. Restaurar el equilibrio ambiental y mitigar los daños es urgente.      





 

   


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