En Colombia, sobre todo en la Costa Caribe, las elecciones de alcaldes y gobernadores se caracterizan por la compra de votos. Es normal que, tanto en grandes ciudades como en pequeñas poblaciones, veamos a representantes de diversos aspirantes a un cargo público ofreciendo un monto de dinero específico por el voto, cupos a la universidad, materiales para construcción o cualquier tipo de dádiva que se imaginen, todo con el objetivo de captar la mayor cantidad de votos posibles. La compra de votos se supone que es ilegal, sin embargo, esta es una actividad que se ha hecho de manera recurrente a lo largo de muchos años y sin que las autoridades puedan hacer nada para frenarlo. Las condiciones de pobreza y necesidad de variados sectores de la sociedad son la causa de que muchas personas acepten estos “regalos” a cambio de su voto, no obstante, creo que el problema real de la compra de votos se debe más que todo a la falta de educación y de concientización ciudadana sobre la importancia de no vender nuestra conciencia por dinero.
Está claro que la compra de votos es aceptada socialmente en la Costa Caribe, aunque esto no sucede en otras partes del país, o por lo menos no tanto. Las personas del interior del país, por ejemplo, tienen más que claro que la compra de votos es inaceptable, puesto que vender tu voto es vender tu conciencia, acabas con el compromiso de ese aspirante a alcalde o gobernador de trabajar para esas personas que vendieron su voto, no hay obligación de ocuparse y ayudar a esas comunidades que más lo necesitan porque ya hubo una transacción monetaria de por medio, ya no importas para ese aspirante. Esa convicción es la que no se trabaja en la Costa Caribe, no existe ese sentido común, y no se trabaja desde la escuela y la familia para que las nuevas generaciones tengan claro que no es ético vender la conciencia por dinero, que la sociedad nunca puede avanzar de esa manera. Se requiere más educación en este aspecto en las escuelas y la familia para combatir este problema.
La corrupción y el abandono estatal en muchas comunidades también son consecuencia de la compra de votos, y parece que todos ignoran esto, y es que para ganar las campañas los candidatos que compran votos deben invertir miles de millones de pesos en esta actividad, dinero que ni en los cuatro años de gobierno pueden tener de vuelta, por lo que es claro que todo ese dinero invertido tiene que salir de otro lado, y, como se imaginarán, ese dinero sale de nuestros bolsillos, del dinero que todos pagamos en impuestos y que va dirigido a la construcción de carreteras y obras públicas para todos, los gobernadores y alcaldes sacan “la tajada”, precisamente, de esos contratos, lo cual nos deja con menos dinero para financiar proyectos de este tipo, en el mejor de los casos, ya que muchas veces el dinero se pierde por completo o la obra comienza pero nunca termina, generando un detrimento enorme para las finanzas del país. Estas consecuencias son motivo suficiente para despertar como sociedad y tomar más en serio la educación y la concientización ciudadana sobre lo fundamental que es para todos el voto libre y transparente.
La educación es una herramienta fundamental que puede cambiar la sociedad de manera radical, y es precisamente desde esta perspectiva que se debe trabajar para educar y crear conciencia de los resultados nefastos que la compra de votos trae para la sociedad en general. La escuela y la familia juegan un papel fundamental en este cambio que requiere la sociedad, por lo que deben procurar esta concientización lo más pronto posible.
No hay comentarios:
Publicar un comentario