Estados Unidos es un país en el que muchos quisieran vivir, es para la gran mayoría el país de las oportunidades y en donde puedes hacer realidad todos tus sueños; pero no hay nada más alejado de la realidad. La situación económica en los países en vía de desarrollo ha estado golpeada después de la pandemia y parece que nunca se va a recuperar del todo de este terrible suceso, y es que en general todo está más costoso y la situación laboral cada vez es más complicada. Ante este panorama en los países en vía de desarrollo, es entendible que las personas decidan migrar hacia Estados Unidos, puesto que sí es cierto que muchos han logrado mejorar su calidad de vida trabajando en este país que necesita mucha mano de obra extranjera, sobre todo en profesiones técnicas. La migración siempre ha existido, sin embargo, en estos últimos años sí que se ha disparado considerable, precisamente por todo lo mencionado anteriormente, y ante este aumento de la afluencia de personas de distintos países golpeados por problemas como la pobreza o los conflictos armados, es claro que Estados Unidos iba a tener un gran problema entre las manos, como de hecho lo tiene en la actualidad, puesto que es alarmante la cantidad de personas indocumentadas que están entrando al país y esto le cuesta millones de dólares a los contribuyentes, puesto que hay que hacerse cargo de miles de personas sin hogar, sin qué comer y sin oportunidad de entrar al mundo laboral. Es claro que esta es una situación insostenible para el gobierno de Estados Unidos y que se complica cada día más, sin una solución definitiva a la vista, razón por la cual muchos estadounidenses rechazan esta postura “caritativa” de muchos Estados que acogen a estos migrantes, que claro que es un acto de solidaridad muy plausible, pero cada vez son más los recursos públicos que deben destinarse a esta situación, que claramente es un barril sin fondo. El descontento social con el tema de la inmigración ilegal muchas veces está justificado puesto que este tema toca directamente los recursos públicos de todos los ciudadanos estadounidenses.
Muchos extranjeros tienes la falsa idea de que tan solo con ir a los Estados Unidos tienen asegurada la calidad de vida propia de un país del primer mundo, y lamentablemente esto no es así. Para muchos migrantes la situación es difícil puesto que sin un trabajo no puedes vivir en este país, y ante esto muchos de esos migrantes exigen al Estado que se haga cargo de sus gastos, alimentación y vivienda, lo cual, de hecho, es lo que está haciendo el país con miles de personas indocumentadas, pero es algo que muchos critican, y con toda razón, puesto que no tiene sentido viajar a un país solo para exigir que este solucione los problemas de todos, y mucho menos si ese ciudadano no brindar nada a cambio; si no es útil a la sociedad. Muchas personas que han logrado una estabilidad económica en EEUU han tenido que trabajar muy duro, y han tenido que hacer enormes sacrificios. Parece que lo único que quieren muchos migrantes es ser una carga para el sistema, lo cual no debería ser así, puesto que, aunque el Estado les brinda muchas ayudas, no se puede pretender vivir toda la vida de eso, es ilógico y parece que muchas personas no lo entienden, y es allí donde se produce el descontento social, porque claro que es importante ayudar a los menos favorecidos, pero todas esas ayudas no son gratis, sino que salen del bolsillo de todos los estadounidenses, y esto cuesta miles de millones de dólares todos años.
Miles de migrantes han podido trabajar y conseguir una estabilidad económica en Estados Unidos, han podido adaptarse y desempeñar una función en la sociedad, sin embargo, es bien sabido que mantener las cosas básicas para sobrevivir es difícil en este país, aunque sí que se gana mucho más que en los países en vía de desarrollo, también se gasta mucho más, y es que en cosas como comida, ropa, auto o seguros te puedes gastar cientos o miles de dólares, por lo que ahorrar en este país es sumamente complicado si no tienes una buena fuente de ingresos. Muchas personas se ven obligadas a tener hasta dos empleos para poder solventar todos sus gastos y poder ahorrar algo para enviar a sus familias. Todo esto nos demuestra cómo estar en Estados Unidos, y en cualquier país extranjero, no es nada fácil, y no todo es color de rosa. Pretender ser una carga para el sistema y no aportar nada a un país tan férreamente capitalista como Estados Unidos es, en definitiva, un absurdo y una idea equivocada que hay que erradicar.
Es evidente que el descontento social con los aspectos negativos que conlleva el fenómeno de la migración es entendible. Los recursos que se invierten cada año en ayudar a estas personas son altísimos, y claro que es algo muy loable por parte del Estado el ayudar a los migrantes, sin embargo, cuando se abusa de este sistema de ayudas es cuando surge un problema, porque no se puede pretender vivir del erario público por siempre, sin contribuir económicamente a la sociedad ni ser autónomos financieramente hablando, sobre todo si tomamos en cuenta que la vida en estos países del tercer mundo es costosa.
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