China es un país con una cultura manufacturera, de eso no hay duda, y es que es increíble la cantidad de tecnología que se fabrica en el país asiático, sobre todo si tomamos en cuenta el auge de los autos eléctricos. China es el indiscutible ganador en la carrera de electrificar la movilidad a nivel mundial, ya que fue uno de los primeros países en apostar por el desarrollo e implementación de tecnologías que ayudaran a convertir en una realidad el auto eléctrico, y con el pasar de los años esta industria se volvió tan masiva que cuando los demás competidores quisieron reaccionar ya era demasiado tarde. La calidad y sobre todo el precio exageradamente accesible de los autos eléctricos chinos está haciendo estragos en los mercados de todo el mundo, por lo que las medidas que han tomado muchos gobiernos, incluido el estadounidense, giran en torno a poner altísimos impuestos a estos autos provenientes de China, esto con el objetivo de proteger el mercado y no dañar a las grandes empresas automotrices del país, puesto que las mismas no tienen con qué hacerle competencia a China. Las medidas proteccionistas que han tomado los gobiernos no solucionan nada ya que solo retrasan el avance de la tecnología en el ámbito de la movilidad, lo que deben hacer los grandes fabricantes de autos estadounidenses es invertir en desarrollar tecnologías que les permitan ser competitivos en el mercado de los autos eléctricos, sobre todo en el precio.
General Motors, Ford y Stellantis son los tres grandes fabricantes automotrices en Estados Unidos, actualmente ninguno de los tres tiene un auto eléctrico en el mercado que sea tan accesible en su precio como el Seagull de la marca china BYD, un auto eléctrico compacto y accesible para cualquier comprador, ya que la gran dificultad que existe en la actualidad con respecto a los autos eléctricos es su elevado precio, ya que, aunque hay modelos eléctricos que rondan los 30.000 dólares en Ford, no pueden competir con el precio del Seagull de BYD que es de alrededor de 11.000 dólares en China, por lo que si este modelo se vendiera en Estados Unidos sería un duro golpe a las ventas de autos de los grandes fabricantes estadounidenses, y es por eso que se le está cerrando el mercado a estos competidores chinos, todo con absurdas justificaciones políticas y de seguridad, que tratan de ocultar el miedo que tienen los fabricantes como General Motors, Ford y Stellantis del avance tecnológico y sobre todo la capacidad de manufacturar autos eléctricos a bajo costo de los fabricantes chinos. Cerrar los mercados es una decisión absurda que solo priva a los consumidores de mejores y más accesibles opciones en el mercado de la movilidad, y es que es innegable que el futuro son los autos eléctricos, esto lo saben los grandes fabricantes estadounidenses, por lo que, aunque ya están invirtiendo y desarrollando en tecnologías para poder mejorar y abaratar sus costos de producción, parece que no será nada fácil lograrlo, pero es algo que se debe hacer para evitar que el mercado se estanque y quede relegado en comparación con lo que ofrecen los chinos, y el punto clave aquí es el precio, puesto que los esfuerzos y las inversiones de los fabricantes estadounidenses deben estar encaminados a poder producir autos eléctricos tan accesibles en el precio como los chinos, y es que solo así podrán ser competitivos e igualar la balanza, ya que no hay otra manera de luchar y hacerle frente a esta ofensiva china en la movilidad eléctrica.
Tesla, que es un fabricante estadounidense de autos eléctricos, cuyas fábricas están en varias ubicaciones alrededor del mundo (entre ellas China), es una marca popular en Estados Unidos, sobre todo en California, y también esta tiene problemas para competir con los fabricantes chinos ya que su modelo más básico, el Model 3, tiene un precio de partida de alrededor de los 42.000 dólares, el cual es mucho más alto en comparación con las ofertas más accesible de los modelos chinos, por lo que esto es una muestra más de la urgencia del mercado estadounidense de desarrollar tecnologías y procesos de fabricación que permitan vender autos eléctricos a un precio competitivo, ya que China lleva la delantera en este sentido, y la solución no es cerrar los mercados, sino competir y darle pelea a los fabricantes chinos.
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